Situar los colores y escuchar el sonido que emite el roce del pincel en el tejido del lienzo...éste es el auténtico sonido del color.
Es un comienzo seguro, entusiasta, embriagador, no puedes parar, es una desconexión con tu alrededor, única; es el momento que conectas con tu interior, unos instantes tan intimistas que te llenan plenamente de satisfacción.
Reconoceré que es una manía “machacar” los pinceles contra el lienzo, hacerlos sonar, crear una música que sólo puedes escucharla en los inicios, luego éste sonido ya no es igual, incluso a veces desaparece, ya no puedes volver a oirlo.
Digo manía porque todos, tarde o temprano, acabamos teniendo alguna; el maestro Dalí se disgustaba enormemente cuando comprobaba que las moscas que merodeaban por allí, pisoteaban sus cuadros recién pintados, de ahí que comenzase a untarse sus bigotes con agua con azúcar, una trampa para sus enemigas voladoras y una magnífica idea para su carismática imagen.
Me gusta el sonido de la lluvia, son colores grises con unos rayos de luz del sol muy apagada y entremezclándose con los azulados.
Me alegran los fuegos artificiales, son explosiones de color, un estruendo en la noche que nos recuerdan el final de la fiesta.
¿Nunca has oído el amanecer? Comienza con el sonido de los pájaros y el ligero viento de la mañana, por eso el color es suave, los colores están entre la niebla, hasta que aparece el astro rey con una gama de colores amarillenta y naranja.
Se oye el color aplastante en una tarde de verano, color y calor van entrelazados, se dejan sentir los rojos y amarillos deslumbrantes, si además estás en la ciudad, el color “tierra cassel” del asfalto de las calles junto con los motores de los coches, hace que el sonido del color sea agobiante.
Os invito desde aquí a escuchar y observar todo aquello que os rodea, eso si, se necesita un poco de desconexión y tiempo dedicado para ti.
DISFRUTAD DE LOS SONIDOS QUE ESCONDEN LOS COLORES...