MIS OBRAS

sábado, 1 de mayo de 2010

ENCRUCIJADA




¿Alguien te dijo alguna vez que la vida fuera fácil?, a mi más bien nadie me hablo de la vida...
Nadie me desveló que muchas lágrimas se desprenden con dolor de corazón y que muchas otras se deslizan sin quererlo por emociones que queremos ocultar.
Nadie me contó que me vería inmersa en encrucijadas y que no sabría como salir de ellas, que tendría que tomar decisiones que harían que mi vida diese un giro radical.
Nadie me explicó y siempre supe, que con fuerza y perseverancia hay que luchar por las cosas que deseas, que aprendes y creces de los errores que cometes, que las recompensas cuestan en llegar y que hay que pensar en positivo para mantener el equilibrio emocional.
Nadie me dijo y siempre supe, que el amor mueve montañas, que la paz interior te enriquece como persona, y que hay que aprender a escuchar esa voz que hay a tu lado que te susurra todas estas cosas, por que cree en ti.

(Versión obra de Diego Rivera)

En ciertos momentos de nuestra vida solemos encontrarnos con encrucijadas... cruces de caminos en nuestra existencia que pueden influir de forma muy importante en nuestro destino...

Cuando en 1920 el ministro Vasconcelos ofrece al pintor mejicano DIEGO RIVERA los frescos del Ministerio de Educación (300 metros de pared en blanco), comienza la creación de un nuevo orden de la pintura mural cuya resonancia sería universal.

El arte apareció unido irrevocablemente a la suerte y al destino de la revolución mejicana, hasta el extremo de convertirse en instrumento de difusión y propaganda del movimiento agrario.

Los murales de Rivera resultan de enorme espectacularidad, por sus dimensiones, su colorido alegre y vistoso, y por la originalidad de sus composiciones. Hay una admirable calidad escultórica en las pinturas de Diego Rivera. Gruesos empastes moldean las figuras y sus relieves densos nos demuestran su pasión por el acto mismo de pintar, ese acto irreductible y simple sólo en apariencia, de untar con el pincel el color sobre el lienzo y ver cómo los planos vacios desaparecen y en su lugar surgen formas creíbles, ampulosas, plenas de vida y de misterios, de savia vegetal, cuerpos en los que late el olor de la sangre y el sudor de la vida. Fuerzas telúricas mueven esa mano maestra y vemos una pintura que surge del fondo de la tierra, y de la conexión íntima con el ser humano que la trabaja.

Siempre fue la ambición de Rivera expresar en forma plástica los sucesos, ideas y esperanzas de la Revolución Mexicana. Para hallar un medio adecuado a esta expresión tuvo que experimentar con la técnica del fresco. Esta técnica consiste en pintar directamente sobre la argamasa (mezcla de cal y arena) mojada, para que el color penetre y, al secarse aquella, lo fije.

La expansión de su fama llevó a Rivera durante la década de 1930 a exponer su pintura en NY, y recibió el encargo de la realización de grandes murales como en el rockefeller center de NY, donde su fresco “Hombre en la encrucijada” recibió numerosas críticas por la semejanza de los rasgos de una de sus figuras con Lenin.

Diego Rivera en formas simplificadas y con vivo colorido, rescató los momentos más significativos de la historia mexicana: la tierra, el campesino y el obrero; las costumbres, y el carácter popular. Fue un pintor revolucionario que buscaba llevar el arte al gran público, a la calle y a los edificios, manejando un lenguaje preciso y directo con un estilo realista, pleno de contenido social.

Diego Rivera en una de sus encrucijadas eligió el camino adecuado para poder expresarse humana y artísticamente.
Os presenteo mi obra....ENCRUCIJADA



ENCRUCIJADA

Óleo sobre lienzo

80 x 60 cm